viernes, 7 de junio de 2013

Salir del cascarón siendo un guerrero de la luz


Llegó un momento de mi vida en que vi a las personas con ojos diferentes. Se me aparecieron como huevos de gallina, rodeados por su cáscara y metidos en un envase de cartón para protegerse, cada uno perfectamente aislado de los demás… y pensé:
_ ¡Es la hora de tender puentes!
Puentes de sonrisas, de tender manos, de saludos amables a la gente que se cruza en mi camino… y avancé por esa vía, la mayoría de las veces recogiendo lo que sembraba.


Ayer alguien interpretó de otra forma esas palabras, es algo que no pensé que pudiera pasar, y me dolió, me dolió profundamente porque yo hace tiempo que abandoné mi cáscara y mi envase de protección.
Y me equivoqué...

Pero como dice el maestro Coehlo:

"Todo guerrero de la luz ya tuvo alguna vez miedo de entrar en combate. 
Todo guerrero de la luz ya traicionó y mintió en el pasado. 
Todo guerrero de la luz ya recorrió un camino que no le pertenecía. 
Todo guerrero de la luz ya sufrió por cosas sin importancia. 
Todo guerrero de la luz ya creyó que no era un guerrero de la luz. 
Todo guerrero de la luz ya falló en sus obligaciones espirituales. 
Todo guerrero de la luz ya dijo sí cuando quería decir no. 
Todo guerrero de la luz ya hirió a alguien a quien amaba.

 Por eso es un guerrero de la luz; porque pasó por todo eso y no perdió la esperanza 

de ser mejor de lo que era."

Alinna

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